Matías Rada: “Yo me siento judío porque lo sé y lo veo en mis abuelos”

10/May/2018

Revista Galería- por Bernardo Wolloch (foto de Leo Barizzoni)

Matías Rada: “Yo me siento judío porque lo sé y lo veo en mis abuelos”

EDAD: 32 • OCUPACIÓN: MÚSICO PROFESIONAL • SEÑAS PARTICULARES: ES FANÁTICO DE SU PADRE, IDOLATRA A BATISTUTA Y A SLASH, ES ADICTO A LA INFORMACIÓN
¿Cómo te subís al escenario siendo tan tímido? Es una lucha. Cada día intento mejorar un poco, pero en las fotos, por ejemplo, no logro disimular.
Integraste la banda de los Illya Kuryaki and the Valderramas. ¿Tocar disfrazado con ellos lo hacía más fácil? Soy fanático de Illya desde que vine a Uruguay. Nací en Argentina en 1985 y en 1991 me fui a vivir a Ciudad de México. En 1995 llegué a Uruguay y lo primero que escuché fue una banda con acento mexicano que decía “abarajame la bañera”. Acepté que me disfrazaran.
¿Te sentís más argentino, mexicano o uruguayo? Yo soy uruguayo, pero también soy un poco mexicano y argentino. Más argentino porque nací ahí. Toda la familia de parte de mi madre es argentina.
¿Aprendiste a ser uruguayo? Fue difícil, porque en México lo único que tenía de especial era ser argentino. Mi ídolo era Batistuta y en la escuela no podía ser fanático de la Selección Argentina. Toda mi clase me odió cuando festejé el Mundial de Malasia Sub-20. Me di cuenta de que era imposible sobrellevar una vida social hinchando por Argentina en Uruguay.
Hiciste una conversión consciente, ¿qué implica ser uruguayo? El ser tímido. Los argentinos son más extrovertidos. Y la crítica, el uruguayo es crítico.
¿Recibís muchas críticas? No hablo de mí, sino de cómo es el uruguayo. Capaz yo no recibo críticas porque me expongo solo tocando.
¿Tu padre te empujó a subir a los escenarios? Sí, un poco me obligó. Vio algo en mí, quiso probar y la pegó. Nunca tuve instancias de tocar con amigos o tener una banda. Arranqué con mi papá y al tiempo me llamó Martín Buscaglia. Cuando me contactó Buscaglia realmente era muy inseguro.
¿Pensaste en no dedicarte a la música? Sí, estaba convencido de que no servía, que no era para mí. Hasta hace muy poco.
¿Sentiste alguna vez discriminación? Sí, desde varios lugares. Como soy negro no viví discriminación por ser judío. Nunca nadie se percató. No me gusta hablar mucho de ese tema porque genera polémicas. Yo me siento judío porque lo sé y lo veo en mis abuelos. Mi madre siempre nos hizo entender que éramos judíos desde un lugar no religioso.
¿Consumís mucha información? Soy adicto a la información.
¿Cómo la consumís? Por Internet. No quiero decir que fui un pirata, pero siempre bajé discografías y me gustó tener todas las obras de las bandas que escuchaba. Me interesa saber todo: quién grabó, tocó o compuso. Ese tipo de información. No sé si en algún momento podré utilizar esa data. A veces pienso que podría tener un programa de radio o algo, poner música, pasar discos y hablar de ellos.
¿Te gustaría ser periodista? Siempre me interesó la información. No sé a qué otra persona le pueden servir esos datos, entre comillas, “innecesarios”. En algún punto me gustaría, sí.
¿Se puede vivir de la música en Uruguay? Es muy difícil.
¿Sos padre? Sí, soy. Mi hija Sofía tiene dos años. Hoy tengo que ir a Argentina por trabajo y estar constantemente moviéndome. Hay que hacer muchas cosas para estar económicamente tranquilo.
¿Tenés algún proyecto propio en mente? Mi padre siempre me dijo que tengo que hacer mi disco. En este momento es como una desesperación. No sé en qué formato lo voy a hacer.
¿Por qué sentís esa presión? La siento. Siempre quise hacer algo muy bueno y por eso nunca me lo permití. Produzco cosas, pero siempre me echo atrás. En ese punto, tengo que soltarme y tirarme a la piscina. Hoy es mi principal objetivo.
¿Tenés un camino delineado? Lo estoy haciendo, pero no sé si va a tener un hilo o van a salir cosas que no tienen nada que ver. Tengo que estar más focalizado, porque para un músico lo más importante es poder hacer algo de uno. Tuve muchas oportunidades increíbles, cumplí muchos sueños en mi vida, y siento que en ese lugar estoy en cero. Mucha gente no siente esa obligación y tengo muchos ídolos que no lo hicieron.
¿Cómo pasaste del metal al funk? Nunca dejé el metal. Tal vez mi primer proyecto tenga algo metalero. Agarrar una guitarra y enchufarla en un equipo con fuerte distorsión es como empecé tocando. Por el metal toco la guitarra y Slash es mi mayor referente.
¿Tu corte de pelo honra a Slash? Eso se fue dando, pero está bueno tener el pelo parecido a él.
¿Seguís la carrera de tu padre? Sí, mi padre es mi ídolo máximo en todos los aspectos. No solo musicalmente, sino también en la vida que llevó. Cómo construyó en este lugar y cómo revirtió sus vicisitudes.
¿Qué te gusta en particular? Todo. Soy un adicto a todo lo de él. Cosas que me entero y puedo seguir descubriendo de su carrera y aprovechar para consultarle. Sé que hay muchos fanáticos de mi padre, pero no sé si hay uno más fan que yo, en información y objetos.
¿Tal vez sabés hasta más cosas que él? Sí, claro. Y que mis hermanas.
¿Toda la carrera de tu padre te gusta? Eso fue una construcción. El momento de Cha cha muchacha y la plena era durante mi época de los cumpleaños de 15; todos mis amigos me pedían que bailara las canciones. Yo en ese momento las detestaba profundamente, odiaba todo lo que mi padre hacía. Yo era metalero, quería hacer pogo. Con el tiempo entendí cómo es él y hoy celebro todo lo que generó. Siempre hizo lo que quiso, nunca pensó en el qué dirán. Eso es lo menos uruguayo que hay, no pensar en lo que dicen los demás.
¿Sentís responsabilidad por seguir el legado de tu padre? Es inevitable no hacerlo. Todos los músicos uruguayos lo hacen. El legado de él es generar música y no pensar en que les guste a todos. Por eso celebro todo lo que hizo. Hoy mi hija es fanática de Rada para niños y lo escucho y lo disfruto.